Tres muñecos de vudú, He aquí una sobresaliente novela de intriga con guiños literarios y autoficticios que afloran con el reencuentro de antiguos alumnos en la Salamanca juvenil que también vivió el escritor. Como buena narración omnisciente e intrigante, pasado y presente ajustan las cuentas de las relaciones personales del grupo mediante el descubrimiento -simultáneo en narrador y lector- de las circunstancias vertiginosas de la trama. A ello se unen las disquisiciones literarias que Abel, personaje de unamuniano homenaje, ofrece de continuo junto al narrador. La obra se articula en dos extensas mitades: la que aúna el pasado y el presente justificativo del encuentro de los viejos amigos; y la intrigante. Se añade como conclusión un epílogo que recompone los hilos sueltos.