Un hecho inesperado se cruza en la vida de Jonás: el inminente viaje de sus padres. Este acontecimiento, que lo deja temporalmente solo y al frente de su historia, lo arrastra en espiral por andurriales y vericuetos ignotos donde los acontecimientos - más o menos desafortunados- se revelan como algo más que meras coincidencias: moiras que tejen silentes las hebras de la marioneta humana. Efectivamente por su historia va desfilando lo más insólitos personajes, entre otros una antigua estrella de cabaret aficionada al juego, un cobrador de peaje con una malograda carrera futbolística, y un grupo de activistas políticos conocido como Los inclementes. Sus atribuladas historias están horadas por el mismo eje que atraviesa la historia de Jonás: expresión de un recóndito deseo que les sale al encuentro haciéndoles tropezar, cercenando sus esperanzas y certidumbres e imponiéndose - más allá y a pesar de- sus intenciones, una y otra vez.