La curiosidad es irremediablemente solidaria del misterio, pero también de lo incierto e inseguro, de manera que en no pocas ocasiones avanzar hacia el riesgo se convierte en el único camino para escapar de él.
Una empresaria afincada en Zaragoza, un maestro de vela, un octogenario empleado de una mansión, el dueño de un bazar de recuerdos de Biarritz, y el sacerdote de una emblemática iglesia de San Juan de Luz, se verán atrapados en esa encrucijada. Sólo disponen de unas cartas, algún objeto personal y el confuso diario de un anciano con demencia senil, para sumergirse en una historia que ocurrió hace un siglo. No escogieron conocerse, ni jugar a ser héroes, pero un accidente en extrañas coincidencias, y una pregunta: existiría la condesa de los delirios que aparecía en el diario?, les unirán y les conducirán por oscuros laberintos en los que, pronto comprobarán que no están solos.
Humanos, ambiguos, cada uno con sus luces y sombras, los distintos personajes nos conducirán por los entresijos del misterio. Recorreremos espacios sorprendentes, nos sumergiremos es singulares sensaciones, mientras penetramos paso a paso en la esencia del ser y las motivaciones humanas.