El faro de Santa Cruz es un lugar donde, en un momento de la vida, podemos alejarnos del caos. Un espacio donde refugiarse a valorar y contemplar otras perspectivas cuando deseamos cambiar el rumbo. "Desde lo alto del faro, mil destellos de luz y de esperanza atravesaron mi alma, y al llegar a la casa del pedregal escribí a corazón abierto mi historia y la de aquellas mujeres que me confiaron las suyas". Relatos valiosos en sí mismos y sobre todo contados con el valor y el coraje que a veces nos falta, incluso para visualizar el futuro de estas protagonistas, dispuestas a no dar nada por perdido y a rehacer los pedazos del puzle inacabado en que se habían convertido. Por ello, si has sido víctima de violencia de género o si conoces a alguien que sufra maltrato sexista, ofrécele esta ayuda junto con la tuya. No rehúyas su necesidad de desahogo y alíviala del temporal antes de que la tormenta le llegue con mayor fuerza. Queremos contar contigo para no seguir perpetuando este legado cruel que hace a las mujeres protagonistas, ya sea como víctimas o como simples testigos. "Confía en las personas que pueden ayudarte y estar contigo donde tú estés, acompañándote y celebrando que al fin puedas sentirte a salvo".