María Teresa Soy Andrade es una abuela, como tantas otras, que le encanta dedicar tiempo a sus nietos. Ellos le han despertado de nuevo la faceta artística que, de más joven, la hizo soñar con mundos maravillosos. Sin embargo, la vida le ha enseñado que también debía aprender de las cosas cotidianas. Por eso, los cuentos y poemas de LA BRUJITA SABIA, que escribió la abuela Teresa mientras veía crecer a sus nietos, siempre tienen una parte de fantasía y una parte de realidad. Aprender es una gran tarea que nunca se acaba, sobre todo cuando alguien, desde tu infancia, te enseña con cariño y con amor. Te va descubriendo el mundo con ingenio y creatividad. Así, la vida se convierte en un juego y en una aventura maravillosa que consigue que lo difícil resulte tan sencillo como útil.