Falta más de un quinquenio para la muerte de Franco y su policía política persigue con saña a los militantes opositores. La familia de uno de ellos, Héctor, propietaria de un violín Stradivarius, es consciente de que el instrumento corre peligro: el riesgo de que desaparezca, bien por un registro policial repentino, bien por disputas con otros familiares, es elevado. Mientras el horizonte se aclara, encomiendan a Esteban, un amigo de Héctor de toda confianza, su cuidado. Cuando llega la hora de la devolución, los amigos no se encuentran. La utilización de un nombre falso -nombre de guerra- por parte de Héctor para protegerse de posibles delaciones en caso de arrestos, la obstaculiza. Con una prosa de gran calidad y personajes muy trabajados, un narrador o narradora, que no se muestra hasta el final, va trenzando tres historias extraordinarias: la del violín, la de la familia a la que pertenece y la de aquella que lo cuida, hasta que, décadas más tarde, y a través de los descendientes, se produce el sorprendente desenlace.