Conocí a Maurice Nédoncelle gracias al profesor y amigo Fernando Manresa sj., quien me orientó hacia este autor personalista dialógico con motivo de mi tesina en teología moral el curso 1985-1986, con el título Dimensión ética del Testimonio cristiano a partir del pensamiento personalista de Maurice Nédoncelle (Facultad de Teología de Cataluña). Nedoncelle me cautivó por su finura intelectual, del mismo modo que maravilló a Emmanuel Mounier cuando afirmó, después de su lectura, que había encontrado al pensador que fundamentaba metafísicamente el personalismo que él propugnaba.
El año 1991 colaboré con la Colección Clásicos Básicos del Personalismo, aportando el texto nO 12, Introducción al Pensamiento de Maurice Nédoncelle (Instituto Emmanuiel Mounier). Posteriormente en Publicaciones Horeb de Barcelona fui publicando diferentes estudios en relación con Nédoncelle: La importancia de la relación Schelling-Nédoncelle (1996); Del amor y de la amistad Platón-Nédoncelle (1997); Naturaleza y misterio Kant-Nédoncelle (1997); Maurice Nédoncelle, metafísico de la persona (2000); Filosofía persona lista de Maurice Nédoncelle (2000); La persona como vocación, diálogo y comunión (2001).
Entremedio de esto, el año 1996, con el profesor Urbano Ferrer tradujimos la tesis doctoral de Nédoncelle, La reciprocidad de las conciencias (Caparrós Editores). Y la influencia directa de Maurice Nédoncelle en mi persona concluyó con la tesis doctoral que realicé sobre él, Filosofía de la relación a partir de M. Nédoncelle (UNED 1999), de la que bebe fundamentalmente la presente obra.