Albert Schweitzer fue un Premio Nóbel médico, musicólogo, teólogo y hombre de acción, en todas las cuales áreas destacó, y que un día a la vista de lo que ocurría en el primer mundo se marchó al África, donde logró construir con su esfuerzo un hospital modélico. Todo esto colaborando con los autóctonos africanos, es decir, de su mano, enseñándoles y aprendiendo de ellos, conviviendo con ellos, con una postura antropológica nada etnocéntrica, o sea, más allá de la convicción de que lo europeo es superior y de que el hombre blanco está por encima del hombre negro. Por todo este testimonio que ya es patrimonio de la humanidad ha escrito su biografía (una de las escasas biografías existentes) el catalán José Luis Vázquez Borau.