Algunos creen que a los cabos sueltos los protege el mar o son vestigios de olvidados cálamos. En medio del caos que nos domina las sensaciones son atributos agradecidos. Aunque la mente resume reflexiones subjetivas, aparecen cabos sueltos que manan sabores endrinos. Hay lágrimas que no cuentan hasta que se convierten en lluvia. Un lúcido catálogo poético del mundo transitorio (Título del prólogo de la poeta Isabel de la Cruz).