Estimada Cécile: Resístete a tu madre, no salgas del convento. Quiere casarte con un hombre del que algunos quieren vengarse. Y fingirán ser tus amigos para conseguirlo. No te fíes tampoco de tu enamorado. Aunque, a decir verdad, él tampoco debería fiarse de ti. Quien avisa no es traidor, dicen, y yo ya te he avisado. Aunque parece que no me harás ningún caso. Adiós, querida. Disfruta mientras puedas, pero ándate con ojo. Según qué amistades, pueden ser más peligrosas de lo que cabría imaginar.