El universo físico no es la única realidad, hay también un universo mental. Ambos universos son la esencia de la realidad. No son iguales, pero forman parte de una simetría esencial. Lo que conocemos del universo físico nos ayuda a entender mejor cómo funciona la mente, ya que lo que conocemos y comprendemos de lo físico es un relato mental sobre aquello que, aparentemente, es de otra naturaleza. Los antiguos y superados geocentrismo y antropocentrismo siguen vigentes en nuestra comprensión del Cosmos. Ahora se ha mudado en el Cerebrocentrismo. El universo tiene al menos dos formas distintas de mostrarse: la Física y la Psíquica. En efecto el Cosmos se manifiesta a través de la materia-energía en movimiento relativo a través del espacio-tiempo; y también se muestra a través de unos órdenes, unas relaciones solo educidables a través del pensamiento, la actividad mental. La esperanza que nos guía es que, comprendiendo mejor ambos universos y su conexión, logremos entendernos mejor y guiemos de manera más pacífica y coherente nuestros movimientos relacionales con la especie. Para lograr tender puentes entre mente y universo, entre pensamiento y materia-energía, hemos acudido a la física, a la cosmología, al psicoanálisis, a la neurociencia, desde la antigüedad hasta el momento actual. Y entonces hemos viajado al origen cósmico: el nacimiento del universo. Después de aportar una nueva visión y comprensión del BANG y resuelto la duda existencial del ser o no ser y haber entendido que no hubo ni un huevo ni una gallina original, nos hemos propuesto entender el espacio y el tiempo, para poder después captar de manera más profunda el MOVIMIENTO físico y mental.