El silencio una piel de Aye Pín es un libro notable, con un pulso narrativo que va llevando poema a poema, con delicadeza, en voz baja, al momento en que se develará ese secreto sobre el cual está construida toda familia, la roca madre, el núcleo desde el cual se levantó el amor y la desgracia. Alrededor de los hechos puntuales, certificados, alumbran las palabras lo incierto, lo que no puede ser dicho, el miedo a lo siniestro que lleva consigo cada infancia: Del silencio/ nuestros cuerpos/ cayeron en silencio./ Tan alto era el secreto/ que aún no sabemos/ cuánto se rompieron/ cuánto nos queda/ o será tal vez/ que esto sigue/ esto sigue/ caemos/ todavía. La poesía como testimonio de una caída, la poesía como un lugar donde caer. O como el paracaídas que se abre cuando estamos a punto de rompernos: así este libro que habla del dolor de callar. Y de su reverso. Claudia Masin. Crece el silencio familiar y amplifica el secreto que pretende encubrir. El cuerpo de la niña crece con lo que no se dice. No sabe pero sabe que algo pasa, tampoco sabe si saber le extirpará la angustia. ¿Qué pasará si se abre la palabra? ¿Estará la libertad ahí, al final del secreto? ¿O volverá la mudez, consecuencia del impacto de la revelación? A partir de escenas cotidianas de una niñez atrapada en ese no saber sabiendo, Aye Pín saca a la luz las entrañas de un núcleo familiar del que se siente resbalar hacia el abismo, mientras la piel acumula vacíos. Sònia Moll.