Solo en las palabras se nos dice el mundo, solo en el silencio percibimos su misterio. Francisco García Martínez defiende en este libro la escucha, la lectura y el tiempo dado a meditar las palabras y acoger el silencio que da sentido. Propone la lectura como lugar de descanso y de inquietud, que permite mirar y ver la vida con ojos nuevos. Y a la vez, reivindica la Biblia como palabra de Dios y anima a ministros y creyentes a recogerse en la palabra y el silencio, para que su voz pronuncie la verdad que nos busca. Un libro muy luminoso y actual.