Consumido el día, el ángel rebelde y díscolo fue expulsado de la primera reunión de teólogos. Voló un rato largo y se enteró de todos los huertos entre el Éufrates y el Tigris. Los frutos que observaba hipnotizaban al primer instante. Pero, cuando estaba a punto de elegir un naranjo, vio no muy lejos a un manzano que parecía ser como el rey de un bosque. Se sorprendió aún más cuando tan solo una manzana era su único fruto. Voló impetuoso porque un cuervo le precedía. De la nota Involución