Más allá de una estación. Desde hace casi un siglo, Madrid lleva mirando al norte, primero con el proyecto de urbanización de Secundino Zuazo y Hermann Jansen para prolongar la Castellana, después con su construcción junto con los Nuevos Ministerios, reforzada en los años 70 con la M-30, para el tráfico interurbano, y con la estación de Chamartín, como una alternativa a los trenes del sur y del este, que confluían en la estación de Atocha. Estas dos estaciones aparecían conectadas desde 1967 por el túnel bajo la Castellana, que los madrileños habían denominado túnel de la risa, por los retrasos en su terminación, ya que formaba parte de los enlaces ferroviarios de Madrid propuestos por Indalecio Prieto antes de nuestra Guerra Civil. Este túnel, que servirá después a Cercanías, junto con la estación actual de Chamartín, será el comienzo del planteamiento actual. La extensión de la playa de vías de Chamartín y su creciente absorción por la ciudad dio lugar, desde comienzos de los años 90, a un concurso público para el desarrollo urbanístico de más de 60 hectáreas, de las que se derivaban usos residenciales, comerciales, oficinas, hoteles y aparcamientos de lo que, durante casi tres décadas, se ha conocido como la Operación Chamartín para integrar la estación en la ciudad. Nada de eso sucedió y la estación y sus playas de vías se han mantenido desde su construcción como hasta ahora, aunque potenciando los servicios de cercanías y la intermodalidad a través del metro. Como explica María Luisa Domínguez, expresidenta de Adif, la puesta en servicio de la estación de cercanías de Atocha en 1988, la llegada de la alta velocidad a ella en 1992 y la ampliación de nuevas líneas al sur, al este y al norte, hicieron pensar que esta estación sería insuficiente para las nuevas líneas que estaban en construcción, por lo que el estudio informativo para la transformación de Atocha, realizado en 2008, tomó la decisión de construir un túnel de ancho internacional entre Atocha y Chamartín, con una nueva estación subterránea pasante en Atocha, que se terminó en el verano de 2022, convirtiendo a Madrid en una ciudad con dos grandes terminales ferroviarias para la alta velocidad: una, transformada, y otra, por transformar. Chamartín Ecosistema Abierto. Chamartín. Nueve propuestas, una solución 3647. Enero-febrero 2024 Ana María Cogolludo Moreno Chamartín Ecosistema Abierto Chamartín Ecosistema Abierto afronta con ilusión el reto de transformar la estación de 1975 que todos conocemos en el corazón de la movilidad de Madrid sin que pierda su identidad histórica y única.