Lento es una historia de amor y familia edificada en torno a la cocina, donde las vidas de los protagonistas, un padre y su hijo, se convierten en uno más de esos ingredientes que han de cocinar lento. De las conversaciones entre ambos surge un secreto que hará que el hijo se adentre en uno de los mayores dramas de la España del pasado siglo. "Hay más magia en la cuchara de madera de un padre cocinero que en la varita de cualquier mago", piensa el hijo y esa magia es la que le ayuda, a través de recetas de cocina popular de Huelva, a avanzar en su investigación, que es, tan colectiva como íntima. En esta novela, el concepto de la lentitud, en torno al cual se construye el discurso del padre, no tiene que ver con la velocidad, sino con la pausa, y tiene dos caras: lento, como se cocina la felicidad en las familias; como pasa el tiempo en los hogares donde duele la ausencia.