En los años ochenta, Clara se traslada desde Madrid al sur de España por razones laborales y familiares. En el Campo de Gibraltar, esquina meridional de Europa, lugar endémico de crisis y sin aglomeraciones turísticas por entonces, el paraíso se entremezcla con la sordidez, el lujo con la lucha desesperada por la supervivencia y la vida de Clara se verá sacudida por acontecimientos que la arrastrarán, trastocarán y difícilmente podrán reconducirse. La historia es además la crónica de la infiltración sigilosa del crimen organizado en el sur de España que vino para quedarse dejando víctimas colaterales inesperadas.