La santidad no te hace menos humano, porque es el encuentro de tu debilidad con la fuerza de la gracia (GeE 34). La exhortación apostólica Gaudete et exsultate constituye una carta magna de la santidad. Desde el Concilio Vaticano II no ha dejado de resonar en la Iglesia esta llamada universal. El papa Francisco es el primer pontífice que ha dedicado un texto exclusivo a esta realidad central de la vida cristiana. El Espíritu Santo sigue conduciendo la nave de la Iglesia mar adentro, al encuentro con Dios y los hermanos. La santidad es una llamada a no tener miedo y a recorrer cada uno su propio camino, siempre en relación con los demás. Una llamada personal, pero en comunidad. Una llamada en el aquí y ahora. Una llamada que no excluye a nadie ni se agota en una única respuesta. Esta obra nos ofrece la oportunidad de leer en español comentarios de especialistas que nos muestran, desde sus diversos ámbitos de estudio y experiencia, la múltiple riqueza del texto magisterial.