La vida es relación, sin ella no podemos ser. Relación con nosotros mismos y con el mundo: personas, culturas, valores, objetos, modelos del orden "adecuado". Necesitamos analizar los modelos de relación posibles: el concepto sobre el valor del yo y del otro que configuran las dimensiones relacionales. Parecemos instalados en la dimensión dominación-sumisión, por reproducción de automatismos de supervivencia y por modelos culturales, tan inscritos en nosotros que nos dejan ciegos. Seguimos criando y educando personas para dominar y personas para someterse, parece que precisamos un modelo sacrificial para continuar vivos, para obtener la energía de otro, como si fuésemos chupacabras, seres extractivos. No podemos ser reduciendo a otro, por mucho que lo creamos. No se puede ser contra otro, sino con un otro. La confrontación mantenida, como modo relacional, es una trampa que entretiene a la mente para que no se acuerde de ser. Tendríamos que pararnos y pensar ¿El poder es únicamente externo? Desde el concepto de carencia en el que somos programados parece ser que sí, y por ello, la dominación y la conquista aparecen como necesarias ante nuestros ojos. Pero quizá es sólo una percepción parcial y deformada del poder. ¿Si somos creadores-constructores, es la carencia de poder una premisa errónea?