" esto es tan real que parece de novela", piensa el médico que cuenta esta historia. Se había visto arrastrado hasta sus entresijos tres años atrás, en 1981, cuando estalló la más terrible de las intoxicaciones alimentarias jamás conocidas en España que dejaría tras de sí 600 muertos, más de 20 000 afectados por secuelas y un olvido alimentado por el tupido silencio oficial.