La novela, si así puede denominarse, denuncia con ironía la crisis de valores de la sociedad occidental. El tono corrosivo está implícito en el nombre del protagonista: Periri (peri + ri), aquel que se ríe de lo que le rodea . El personaje, trasunto del autor, adopta la risa para criticar todo lo que ve haciendo gala de un peculiar sentido del humor; pero su risa es escéptica porque lo que ve choca con sus ideales. El profesor Periri se considera un xenófilo, un amante de lo extranjero. Con ese espíritu abierto al mundo, combate el nacionalismo reaccionario, las costumbres anticuadas y los comportamientos retrógrados que impiden una comunicación sana entre las personas. En la introducción parodia el estilo académico de los científicos que van a analizar su experiencia: la autoridad se reviste de tratamientos y fórmulas que esconden las propias carencias al tiempo que impiden la auténtica libertad de expresión. El grueso del libro está formado por ocho experiencias que transcurren en diferentes países, aunque teniendo siempre el ambiente hospitalario como trasfondo; completa la obra un epílogo crítico en el que se ofrecen algunas claves interpretativas y un glosario donde se recogen los términos connotados que aparecen en el texto. Cumple decir que cada una de las partes va acompañada de una ilustración del propio autor.