Desde su mismo título -un guiño al de aquella efímera revista que crearon Larrea y Vallejo- este libro habla de una ciudad concreta del norte español. Pero mira también hacia el mundo y las estaciones de la vida. Sus seis autores huyen, claro está, de los juegos florales y los homenajes vacuos. Como sospechaba Seamus Heaney, somos los lugares que habitamos. Un volumen que puede leerse, además, como una muestra de esa poesía norteña de la que han empezado a escribir críticos y estudiosos. El prologuista, Pedro de Silva, afirma: Cabría decir que en su avecinamiento emocional domina la geografía sobre la historia y sus historias, aunque tampoco esté ausente. Eso los dota de una significativa transversalidad, aminorando un tanto su apego local y vinculándolos con especial fuerza a una idea más amplia de país: Gijón / Xixón es un enclave, situado ciertamente al Sur del Norte (pero en pendiente hacia él) de la gran patria común de Septentrión. Y más: Puedo así ver a esta escuadra de excelentes poetas con la barbilla bien pegada a la arena bajo la empalizada de Jovino -mientras un agua tibia y traicionera ya les lame los pies- resistiendo con valor la embestida impaciente del Sur en la última playa meridional del Gran Norte.