¿Es posible que un pequeño pueblo ibero sea capaz de cambiar el trascurso de la historia? Amílcar Barca no lo creyó. Y pagó caro su error. Cartago ha puesto sus ojos en la península ibérica, tierra de grandes riquezas, enorme granero para sus ejércitos y gran cantidad de oro y hierro para sus guerras. Amílcar Barca, el laureado general cartaginés, piensa que tomar lo que esa tierra ofrece será un paseo por sus ejércitos. Pero no contaba con las belicosas tribus que la pueblan. Pueblos fieros, pueblos salvajes que hacen de la guerra su modo de vivir. Y entre todos esos pueblos, los olcades. No son los más numerosos, no son los más fuertes. Pero cuando un pueblo es respetado y temido entre otros pueblos fieros y salvajes, lo único que queda es temerlos también. ¿Habrá despertado Amílcar Barca al Lobo? ¿Podrá un solo hombre luchar contra el ejército que ha estado a punto de doblegar a Roma?