En una sociedad que exalta la juventud y la productividad, la vejez y la muerte parecen ser temas incómodos, evitados o simplemente ignorados. Sin embargo, enfrentarlos con profundidad y sin miedo es una necesidad urgente. La vejez y la muerte nos invitan a reflexionar, creyentes y no creyentes, sobre las cosas últimas de la vida, aquellas preguntas esenciales que definennnuestra existencia.nHoy, el rostro más visible de la muerte es el de los ancianos. En muchos ámbitos, la vejez se percibe como una etapa de declive, de fragilidad, de dependencia, cuando en realidad es un tiempo valioso, de plenitud y transmisión de sabiduría. La cultura contemporánea, centrada en la eficiencia y el rendimiento, ha convertido esta etapa en sinónimo de descarte, pero es momento de cambiar la mirada. Este libro nos invita a redescubrir el valor de la vejez, no solo como una preparación para la muerte, sino como una oportunidad de crecimiento y contribución. La fragilidad, lejos de ser una enfermedad q