La mala gestión del estrés disminuye el bienestar y puede perjudicar seriamente la salud tanto física como mental. Pero el estrés, contrariamente a lo que podríamos pensar, es algo necesario para la supervivencia. El secreto es ponerlo a trabajar a nuestro favor y, para ello, contamos con una magnífica aliada: nuestra mente.