Cipriano Mera Sanz (1897-1975) fue un albañil anarquista de la CNT. Era el alma del Sindicato de la Construcción de Madrid cuando estalla la Guerra Civil y pasó del andamio al frente de batalla, donde llegó a dirigir el IV Cuerpo de Ejército del Bando Republicano. Fue protagonista de importantes acontecimientos en la guerra, como la victoria frente a los italianos o en los duros momentos de la derrota, evitando el inútil derramamiento de sangre pretendido por el sector comunista. Por ello, Mera es una figura enormemente respetada incluso por sus adversarios. Tras su paso por la cárcel tomó el duro camino del exilio donde dio una nueva lección renunciando a vivir de las rentas y de glorias pasadas. Su vuelta al andamio fue otro ejemplo de humildad y coherencia de quien entendió lo que realmente significa la promoción obrera. En una ocasión Simone de Beauvoir, al llevar flores a su tumba, dijo a sus acompañantes: me pregunto si no se trataba de un hombre religioso. Vidas como la de Mera nos enseñan a entender el misterio de la vida desde la grandeza de los sencillos.