Ante el intenso tráfago de los correos electrónicos, las webs y los blogs, la literatura epistolar languidece. Sin embargo, aun perseverantemente enferma, ahí está, como la eterna superviviente que es. Este libro es buena muestra de ello. Cartas desde BrMStlas reúne los escritos que el autor envió desde Bruselas donde reside a sus paisanos segovianos en confiado diálogo. Aparecidas en el diario El Adelantado de StgoVia entre diciembre de 2007 Y julio de 2010, integran un libro costumbrista en forma de epístolas morales que exploran caminos poco transitados de nuestra historia común. Recuerdan las Cartas Finlandesas que Ángel Ganivet, cónsul en Helsink.i, enviara con la esperanza de que su lúcida prosa -tan profunda como las aguas del río Daugava que habrían de devorarlo un día- sirviera de algún provecho en la esquina opuesta de Europa. El autor nos acerca aquí a un universo de pequeños detalles, anécdotas y sucesos en apariencia inocentes, y que, sin embargo, a poco que se les preste
atención, hablan por sí mismos -y con la elocuencia de Demóstenes- de los principios morales, de las virtudes cívicas en que se basan. No es el nuestro el planeta imaginario de Jonathan Swift por el que viajara Lemuel Guilliver, prodigio de contrastes colosales y fantásticos. Muy al contrario, Occidente nos muestra problemas comunes con soluciones por lo general similares, pese a no existir una forma universal e intemporal de llevarlas a la práctica. Menos aún en Europa, mosaico rico en matices antes que unión homogénea. Y sabido es que el demonio está en los detalles. De ahí la utilidad de estas cartas, guía para apartar lo que siendo útil allí no seade provecho a este otro lado e identificar lo que merecería ingresar en nuestros hábitos. Y es que, de tener razón
Montesquieu, "las costumbres siempre hacen mejores ciudadanos que las leyes".