En julio de 2017, sola y con cincuenta y nueve años, Ágatha Álvarez, profesora de Filosofía, realiza un viaje de siete noches y ocho días a Viena. Tras una relación sentimental de casi dos décadas, lleva veinticuatro meses separada de su ex. Ha conseguido restablecer su equilibrio interior, aunque no cesa la rebelión de su fragilidad afectiva. En el aeropuerto de Adolfo Suárez conoce a una austríaca, Alex, con quien entabla una conexión especial, que perdura en su periplo turístico. Entre ellas se genera una seducción ambigua, alimentada por su pasión hacia la cultura alemana. Cuanto más se adentra Alex en la vida de la española, tanto más duda Ágatha sobre quién es realmente esta mujer. Sospecha que es peligrosa, mas no puede resistirse a sus encantos. En la casa de Alex reside Oswald. Ambos son arquitectos, pero el éxito de ella ensombrece el ejercicio de la profesión de él. ¿Qué tipo de convivencia mantienen Alex y Oswald? ¿Son amantes? ¿Amigos? ¿Compañeros? ¿Quiénes son, en verdad, Alex, Ágatha y Oswald? ¿Presas o cazadores? ¿Víctimas o verdugos? El problema de la identidad late bajo el manto de la belleza de Viena y la de sus artistas. La historia de los personajes avanza al ritmo del lenguaje de la urbe, cuyo descubrimiento palpita en la percepción de Ágatha en la misma proporción en que se enturbian la personalidad y el carácter de Alex y Oswald.